
El momento siempre es propicio para compartir uno y desata la charla informal y sincera.
De su mediación surgen los tradicionales chistes, intercambio de ideas o la evocación de anécdotas casi olvidadas.
Y como sin querer, las palabras se entrelazan en hondos pensamientos mientras la inocente vasija va y viene.
La soledad deja de serlo tanto cuando la pava y el mate; o el termo y el mate; están ahí, junto a uno, al alcance de la mano.
No se porqué no pasa lo mismo con cualquier otra infusión, aunque los amantes del té harán su justa defensa también; y ....vale! jajaaa
Con su sutil presencia se convierte en el hacedor de invisibles puentes comunicacionales interiores, en el silente autor de ideas maravillosas y , por qué no, conductor de la necesaria y atorada lágrima que alguna vez se necesitó desbordar.
Portodo eso ymucho más, gracias al mate por su tarea.
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